
No hace muchos días atrás, todos estuvimos pendientes de lo que podía suceder en los pastos del Estadio Municipal de Los Ángeles, cuando nuestros once leones, capitaneados por nuestro Hans Pinto, goleador de fuste y dirigidos por nuestro querido tio Hernán Ramírez, enfrentaron la histórica final del Fútbol Comunal de los Juegos del Bicentenario, corriendo detrás de la pelota durante 60 minutos enfrentando a un equipo poderoso como el Colegio San Gabriel. Otra realidad y vaya que si lo sabían nuestros alumnos.
Minuto a minuto, se desarrollaba un espectáculo inédito en los anales del deporte angelino. Un pequeño colegio "casi cayendose a pedazos", enfrentó a un poderoso equipo del San Gabriel y sostuvo la acción por 60 minutos cayendo finalmente solo por un espolonazo.
En el anecdotario quedaría, la lesión de nuestro portero estrella Juanito Salvo, por un paletazo desafortunado en la previa, o la sufrida definición a penales en octavos de final contra el Colegio Teresiano, los zapatos de fútbol que nos regalaron los chicos del Liceo Alemán cuando creyeron que nos habían eliminados y con los que se termino matandoles la ilusión aquella tarde de viernes en cancha del Liceo A-61.
Mas allá de la pena del segundo lugar, quedó en la retina la tremenda convicción de un puñado de niños que superaron todos los obstáculos y casi tocaron el cielo con sus deditos de niños sucios de barro y fútbol.